miércoles, 20 de julio de 2016

¿Reír o llorar?

‘He leído el proyecto de ley (61) varias veces. Espero que todo el que lo critica lo haya leído también’.


Jorge Sarsaneda Del Cid
SACERDOTE

En las últimas dos semanas he escuchado y leído comentarios como los siguientes: ‘Desde que permitieron que las adolescentes embarazadas siguieran yendo a las escuelas, han aumentado los embarazos’ (sic!); ‘el proyecto de ley (61) quita la patria potestad’; ‘no se menciona a los padres en el proyecto’; ‘quieren enseñar a los niños de primaria a usar el condón’; ‘después de eso van a aprobar el aborto’; etcétera.
Son frases que, por absurdas o estúpidas o ignorantes, no necesitan respuesta. Pero lo peor es que han sido dichas por ¡supuestos conocedores de la ‘materia’ o por sacerdotes o por abogados! Uno no sabe si reír por lo ridículo o llorar por lo mal que estamos.
He leído el proyecto de ley varias veces. Espero que todo el que lo critica lo haya leído también. Igualmente he visto que el 73 % de los jóvenes están de acuerdo con el proyecto mencionado. No encuentro mayores problemas en el mismo, sobre todo si somos una sociedad laica, plural, que busca basarse en afirmaciones científicas y valores. Por supuesto que hay que aclarar y explicar más algunas cosas, hay que acotar otras, pero en general, es una ley necesaria, actual, y hasta respetuosa.
Entonces, ¿de dónde vienen las objeciones? Hay toda una gama de ‘objeciones’ que vienen de un sector religioso (católicos y otros cristianos) y de un sector bastante mal formado y poco informado de la sociedad. Sería muy largo ir desglosando las llamadas objeciones o exponer la doctrina católica al respecto. Además, no es el lugar de hacerlo. Sin embargo, hay cuestiones fundamentales en juego.
1ª Tiene que haber educación en la sexualidad. Solo los más ignorantes se oponen a esto. La objeción más expresada aquí es que la educación en la sexualidad tiene que empezar en la familia. ¡Por supuesto que sí! Y el proyecto de ley lo acepta expresamente. Pero ¿y qué hacemos con las personas que nacen en hogares inestables (un 75 % del total)? ¿Quién imparte esa formación tan imperiosamente importante? ¿Cómo la van a iniciar quienes la tienen precariamente o no la tienen? ¿Quiénes, de los que ahora objetan, han recibido esa formación en el hogar? Yo la recibí en el colegio y de los amigos, pero ¿y el que no tiene esa posibilidad?
2ª Tenemos que formar en valores, en una sexualidad integral, que va más allá de la genitalidad. ¡Por supuesto que sí! Y el proyecto de ley lo contempla. Pero, ¿cómo va a formar en valores una sociedad que es testigo de asesinatos (Bocas, San Félix, Colón, cárcel de menores) y no reclama ni castiga a los responsables? ¿Cómo va a formar en valores una sociedad que es testigo del uso ilegal de bienes del Estado y luego vota por los mismos que hicieron ese uso ilegal? ¿Cómo va a formar en valores una sociedad con tan alto grado de infidelidad en el matrimonio? Una cosa es la teoría y otra la práctica. No nos llenemos la boca con teorías.
3ª Planificación familiar, decisiones al respecto, métodos: son temas que provocan escozor en algunos e incluso verdaderos insultos de parte de otros. Pero son temas que hay que tratar, dialogar, hablar, ESCUCHAR. Una cosa es reconocer que los católicos son mayoría en el país y otra imponer modos y normas de pensar surgidos de la autoridad eclesiástica católica. Las iglesias pueden proponer y la ley propone también, a cada quien le tocará decidir en conciencia. Lo que no se puede hacer es concluir de la propuesta de ley que de ahí van a surgir los abortos y el desenfreno sexual. ¿Por qué no atacan con el mismo empeño la propaganda de drogas legales como el ron, la cerveza, el seco, si de su consumo está claro y confirmado que surgen muchísimos más problemas sociales?
Y ya que estamos preguntando, se me ocurren algunas de sentido común: ¿Con qué autoridad moral la iglesia católica quiere imponer unas normas —bajo pecado— cuando el Estado Vaticano no ha firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿Por qué los religiosos no casados tienen que opinar sobre lo que hacen o dejan de hacer —en sus dormitorios— los laicos casados? ¿Quién mata más: los anticonceptivos o las guerras y matanzas que EE. UU. promueve (Iraq, Afganistán, Siria…) o apoya (Gaza)? ¿Qué mata más: el miserable tráfico de armas que promueve el ‘cristiano’ Occidente o la planificación familiar? Hay que pensar…


Las guías de educación sexual para docentes: Una lectura sociológica

Por: Doctora Enriqueta Davis Villalba, madre de familia, socióloga, investigadora y docente por más de 40 años.

LAS GUIAS

Tal y como lo señalan las propias guías: “En Panamá, se han incorporado contenidos de Educación de la Sexualidad en los programas escolares de diferentes asignaturas de Pre-escolar Primaria, Premedia y Media, como Ciencias Naturales; Religión, Moral y Valores; Educación Física; Biología, entre otras”. No obstante, las estadísticas oficiales y estudios científicos como la ENASSER, dan cuenta de que no fue suficiente dicha incorporación de contenidos y que se requería brindar apoyo a los docentes en aspectos metodológicos y didácticos para que los mismos desarrollaran al máximo la capacidad de los estudiantes para construir sus conocimientos en materia de sexualidad. Por dar solo un ejemplo, de acuerdo a cifras oficiales del MINSA – que no incluye datos de la CSS ni de las clínicas privadas – durante los 5 primeros meses del 2016 se registraron 4,880 embarazos en mujeres de 10 a 19 años lo que representa 32 jóvenes embarazadas por día. Y de acuerdo a las Estimaciones y Proyecciones de Población del INEC una tasa de 14 por cada mil mujeres de dicha edad en el país.

Entre los aspectos relevantes de las guías destacan la elaboración cuidadosa de un programa didáctico que cuenta con objetivos, competencias, recursos didácticos, talleres, tiempo de dedicación y actividades de evaluación horizontales y verticales basadas en el grado de formación de los dicentes. Todo ello guiado por  “Las diez principales habilidades para la vida que son: conocimiento de sí mismo(a); empatía; comunicación efectiva; relaciones interpersonales; toma de decisiones; solución de problemas o conflictos; pensamiento crítico; pensamiento creativo; manejo de emociones y sentimientos; y manejo de tensiones o estrés.”
Por otra parte, los contenidos de los Talleres se organizan en torno a cinco Ejes Temáticos: (1) Sexualidad, Derechos y Ciudadanía; (2) Sexualidad y Género; (3) Relaciones Interpersonales y Comunicación; (4) Desarrollo de la Sexualidad; y (5) Salud Sexual y Reproductiva. Y, para cada uno de los talleres se sugieren actividades didácticas, metodología y recursos.
PARA QUÉ SIRVE TODO ESTO?
1.    Los seres humanos somos seres sexuados desde el origen de nuestras vidas. No nacemos iguales por naturaleza. Son las leyes internacionales y nacionales las que nos dan los mismos derechos a pobres y ricos: los derechos humanos y la ciudadanía, que no hacen distinción alguna por razón de haber nacido con determinado sexo, color, etnia o situación socioeconómica.
2.    Nacemos con un determinado sexo, físicamente evidenciado por nuestros genitales, pero es la colectividad, la cultura, el imaginario de la sociedad en que nacemos que dice cuáles son los roles de género que debemos cumplir de acuerdo al sexo con que nacimos. Si hombres y mujeres fuéramos igualmente valorados en la sociedad no habría diferencias de género. Por tanto, es relevante que niños y jóvenes elaboren un proyecto de vida, metas que quieren alcanzar, sueños que quieren cumplir. Dicho proyecto contempla fechas o plazos para lograr cada hito en su vida: ser profesional, tener pareja, tener hijos, cuántos hijos tener? etc. Ello implica saber decir NO quiero, NO me gusta, NO lo voy a hacer de parte de las mujeres y SER RESPETADO ESE NO por los hombres.
3.    No es un secreto para nadie que a nivel mundial, en la era de la comunicación es cuando menos usamos la comunicación interpersonal. Tampoco lo es que, por lo general, la familia panameña – no importa como la concibamos – no se caracteriza por ser comunicativa entre adultos y jóvenes. Algunos piensan que la solución es ser amigo de los hijos, otros creen que el adulto es el que más sabe. Las dos posiciones están equivocadas.
4.    El desarrollo de la sexualidad implica que nacimos y moriremos sexuados. Cada etapa del ciclo de vida tiene sus características, necesidades y gratificaciones en el ser humano. No obstante, las malas experiencias en la niñez dejan secuelas el resto de nuestra vida. Las infecciones de transmisión sexual (ITS), los embarazos precoces, los cánceres que padecen las mujeres por el virus de papiloma humano y que afecta toda su vida futura.
5.    La salud sexual y reproductiva (SSyR) implica una serie de derechos que aluden a la salud integral de la mujer y se extienden a la salud de los hijos que traerá al mundo.  Por ello habrá de estar informada sobre las ITS. VIH y todas las situaciones que pueden afectar su salud física, emocional y mental. Según cifras del MINSA para el 2013 las mujeres de 15  a 19 años representaron el 53% de casos de VIH contra el 47% de los hombres del mismo rango de edad.
La mujer es un ser privilegiado pues es la única que puede garantizar la procreación de la especie humana. Sin ella, no hay vida, ni familia posible.

¿QUÉ TIENEN DE MALO LAS GUÍAS?

1.    El título. No debe ser Educación de la Sexualidad sino Educación en Sexualidad.
2.    La edición. Por poner un ejemplo, la de Primaria consta de 290 páginas. En verdad no me atrevería a asegurar cuántas personas las leyeron como lo hice yo.

3.    La presentación. Sería más efectivo para el público al que está destinado hacer cuadernillos cada uno con los conceptos ligados a los contenidos y a continuación los talleres.

Artículo de Paco Gómez Nadal

Torcer, manipular, asustar, mentir, confundir, aterrorizar, dictaminar, oscurecer, castigar, amedrentar, cohibir, castrar, mermar, infantilizar, frustrar… Las religiones saben de la conjugación de los verbos más perversos. No hay que confundir la religión (las religiones) con la espiritualidad, ni tan siquiera con la fe. Somos seres humanos completos cuando la razón y la espiritualidad están armonizadas, pero la religión es a la espiritualidad lo que el McDonald es a la comida sana: la cooptación y perversión burocrática de las emociones más profundas. No hay religión institucional si no hay rebaños, y no hay rebaños sin mansas ovejas que crean, a pies juntillas, no lo que su corazón o su espíritu les dicte, sino lo que el pastor de turno ordene.
Confieso que estos días estoy ofendido y asqueado por la actitud de las autodenominadas religiones respecto al proyecto de ley 61: una de las leyes más ingenuas y básicas de las que se pueden conocer en la materia. Apenas un paso adelante para subsanar el inmenso agujero de prejuicios, miedos e irresponsabilidades en los que se basa la sexualidad y la salud reproductiva de muchas personas en Panamá. La Iglesia católica, siempre tan temerosa del cuerpo humano y de sus deleites, pide que el proyecto retroceda y vuelva a debatirse, cuando solo hay que leer las actas de la Asamblea para constatar que quien tuvo algo que decir lo dijo. El proyecto de ley en ningún momento amenaza la patria potestad de esas dichosas familias, a las que ahora se apela, y en cuyo seno quedaron embarazadas 10 mil 735 chicas de entre 15 y 19 años en 2014.
Los obispos panameños nos regalaron la pasada semana un ejemplo de literatura decimonónica al escribir en su pronunciamiento: “No podemos aceptar experimentos que han fracasado en otros lugares, pero tampoco podemos desconocer que tenemos que actuar, como sociedad, ante la asfixiante situación que viven nuestros niños y niñas, bombardeados por un entorno hedonista y procaz, que desde la música, los programas televisivos, la prensa sensacionalista, el ciberespacio cargado de pornografía, y las propuestas publicitarias basadas en clichés eróticos, invitan a la sensualidad y al placer sin convicción, responsabilidad ni amor fecundo”. Claro, y por eso no quieren educar a los menores para que resistan mejor a esos impactos. Los obispos podrían pronunciarse con la misma vehemencia respecto a los 4 mil 812 casos de delitos contra la integridad y la libertad sexual. Pero no… eso debe ser parte de la cultura patriarcal que se alimenta desde los patriarcales púlpitos.
Los obispos piden, además, una educación sexual que no violente la dignidad de “nuestra niñez y juventud con nociones reduccionistas de una sexualidad banalizada y empobrecida”. Es evidente que no se han leído las cartillas propuestas por el Meduca. De hecho, las dichosas cartillas de las discordia son de lo más conservadoras. Es casi imposible encontrar algún tipo debate sobre la homosexualidad, no hay referencia a la transexualidad, la bisexualidad o la asexualidad… En fin, que son cartillas pensadas para no escandalizar. Pero lo cierto es que en Panamá el estado colonial de la institucionalidad religiosa recuerda más a la inquisición que al papa Francisco.
Nada nuevo sobre la religión católica: esa que desoye a su propio papa cuando este es razonable y que calla los escándalos sexuales de sus propios sacerdotes para no perder ni un ápice de su autoridad (no siempre moral) sobre el rebaño.

Pero a la Iglesia católica y sus miedos a todo lo que empiece por la partícula “sex” estamos acostumbrados. Ahora, además, debemos lidiar con los fanáticos homófobos de otras religiones cristianas. Estas gentes han convocado a una gran marcha el 13 de julio, con un cartel asqueroso en el que relaciona el proyecto de ley con una foto maniquea de dos niños varones besándose. Es decir: la educación sobre salud sexual es equivalente a promocionar la homosexualidad, como si la homosexualidad fuera una moda o una opción inducible. Estos fanáticos peligrosos no consideran que las películas violentas, los programas sexistas o la desigualdad laboral y social entre géneros sea un problema… todo el mal para ellos se concentra en la homosexualidad potencial. Cualquier sicólogo en prácticas les diría que salgan del clóset o dejen de fastidiar al prójimo. La manifestación, al igual que la inundación de fanatismo en las redes sociales, se convoca bajo otra manipulación: la utilización del Génesis 1:27 de forma literal. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”. Es decir, que si lo interpretan de forma literal, Dios era bisexual porque a su imagen y semejanza creó a un varón y a una hembra. Claro que para los amantes del Pan y Génesis Dios era un mago maravilloso que “hizo las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas” (Génesis 1:16). Pues apaguemos la lumbrera mayor y volvamos a las cavernas porque Panamá está secuestrada por unas sectas peligrosas que están forzando un debate artificial para castrar una ley tan necesaria como limitada.

La hipocresía y la Ley de Educación Sexual integral

Dr. Ricaurte Pacheco Tack

Hace 25 años atrás, cuando dictaba la asignatura Bases Biológicas de la Conducta Humana , para alumnos de primer año de la Escuela de Sicología, me encontraba explicando la herencia del sexo en nuestra especie y la diferencia de las fórmulas cromosómicas entre un varón y una mujer, un excelente alumno de unos 22 años cuyo nombre no recuerdo, ni viene al caso recordar, me preguntó: ¿Cuál es el complemento cromosómico de los homosexuales y las lesbianas.? Allí me percaté. recién llegada de estudiar afuera, de la falta de educación sexual que teníamos en nuestro medio y la relación con los embarazos indeseados. Este tipo de pregunta se ha venido repitiendo hasta la actualidad.

Estamos en un país donde abundan los hipócritas que fingen una moral, sentimientos o creencias religiosas que no tienen y además, continuamente se dan golpes de pecho; donde muchos aceptan a las queridas (en especial si el amigo casado o no “tiene plata”); donde la prostitución tanto de mujeres como de varones no es censurada y menos castigada ni tampoco las mancebías a donde “se va de putas” los viernes; donde están de moda las "table dance" ; se hacen despedidas de solteras con famosos strippers; donde algunos “viejos verdes” andan con muchachitas que pueden ser sus nietas para demostrar que son hombres; donde hay una enorme cantidad de hogares desmembrados, donde hay que "ensillar un gallinazo" para que el padre que se largó, pague la pensión de los hijos, donde series de televisión como “sin tetas no hay paraíso” y otras que ensalzan a los “narcos” están al igual que muchos reggaetones vulgares en el “top seller” . Todo esto es el resultado de la falta de educación sexual y de la ignorancia de muchos independientemente del estrato social y así también de la intromisión de las iglesias en especial la de tradición judeocristiana. En efecto, recuerdo el caso de un conocido que se fue con otra y la mujer decía “que era una prueba de Dios” lo triste es que todavía la tiene puesta a prueba.

Es tal el desconocimiento (en este país todo el mundo opina de todo y es experto en todo) que muchas personas no comprenden que la sexualidad evoluciona a partir del nacimiento, que el proceso de maduración de las células sexuales (gametas) se inicia en la vida intrauterina y que la reproducción de las especies es un reflejo de la capacidad de replicarse de la molécula del ADN. Una prueba de la ignorancia imperante es que hace cerca de 10 años no hemos podido finiquitar este tema y estamos pagando sus consecuencias.

Una Ley de Educación Sexual Integral, es un tema muy distinto al de los manuales de instrucción que se puedan elaborar y utilizar de acuerdo a cada edad , para el logro de un tratamiento objetivo del tema con miras a reducir, los casos derivados de la falta de educación sexual a nivel nacional.

Que aquellos que se oponen a esta Ley, incluyo a todas las iglesias, se hagan cargo de las adolescentes que han perdido sus sueños; de los abortos clandestinos y de las muertes de adolescentes a causa de manipulaciones ilegales o de sus suicidios; del tratamiento médico de las contagiadas con el VIH, el VPH y otras ETS, de los niños que han nacido con malformaciones congénitas y de la educación de esos inocentes así concebidos. A todo esto, cuántos de los que se oponen a esta ley se han tomado el tiempo para hablar del tema , y que grado de preparación tienen para tratarlo con sus hijos? La respuesta común: si sales preñá te vas de la casa

Ps:

A todo esto siempre se hablan de las adolescentes y que pasa con el varoncito “que puso la semillita” para que la cigüeña al cabo de cierto tiempo traiga al baby de Paris ( o de por acá cerca) ?

‘Frenasexo’ vuelve a las andadas: Daniel R. Pichel

Por:  Daniel R. Pichel
En marzo de 2008, en esta misma columna, describí al “Frente Nacional para la Sexualidad Ordenada (Frenasexo)”. Este grupo se activa cada vez que se menciona la salud sexual y reproductiva, como en las últimas semanas, cuando ha vuelto al ojo público el proyecto de ley 61, y los borradores de las guías que desarrolla el Ministerio de Educación (Meduca) para incluir la educación sexual en el currículo escolar en Panamá.
Acordes con su agenda, le ven peros a todo. En esta ocasión, la pataleta es por el nombre “Educación Integral en Sexualidad” (EIS), porque es una “imposición de Naciones Unidas”, que es ahora su enemigo público número uno. Además, cuestionan una cosa que inventaron sus colegas de los movimientos “frenasexuales” en todo el mundo, que llaman ideología de género y que, según ellos, patrocina el lobby gay (otra de sus obsesiones), para apoderarse del mundo. Al final, sus argumentos se pueden resumir en dos conceptos: Homofobia y fanatismo.
En 2008, se quejaban porque no se incluía lo afectivo (eje básico de la EIS), luego, que no se hablaba de abstinencia, luego, que solo se hablaba del condón, ahora de la EIS, y no dudemos que en el futuro seguirán cuestionando todo lo que se proponga. Porque el objetivo final es bloquear la educación sexual. A pesar de que los hijos y nietos de las voceras reciben EIS (posiblemente con otro nombre) en sus escuelas privadas.
Lo peor son las mentiras que usan como argumentos. Hasta que conocimos los borradores de las guías para el docente, dijeron que había talleres en donde los maestros supervisaban la masturbación entre niños de primaria; que había guías de posiciones sexuales y que se incitaba a la homosexualidad entre niños de primaria. Cosas todas que solo pueden salir de la mente de un montón de enfermos llenos de traumas sexuales. Ahora que vimos las guías y ha quedado clara la mentira, se quejan de que en un párrafo se habla de “imaginarse si los niños fueran niñas y las niñas fueran niños”. Eso, cuando los objetivos dejan claro que se refiere a demostrar en qué consisten las concepciones sociales de los roles que se han dado a llamar masculinos o femeninos.
Entre sus quejas, además de su ya reconocida homofobia, figura la posibilidad de que un adolescente busque atención médica sobre temas sexuales o reproductivos, y que el médico no corra a contárselo a los padres. Se niegan a entender que la confidencialidad médico-paciente no es negociable. Al margen de que la ley de derechos del paciente la establece, ningún médico responsable pondrá en riesgo la confianza de sus pacientes, porque a un grupo de fanáticos se les ocurra. En casos donde se sospeche abuso o violación, está definido el procedimiento para que el médico denuncie ante las autoridades la sospecha de algún delito. Incluso, dada la alta incidencia de abuso dentro del seno familiar, acudir inicialmente a los padres puede representar un serio riesgo para la víctima.
Una de sus referencias favoritas son las publicaciones del American College of Pediatricians (Colegio Americano de Pediatras). Quien busque esa organización en internet verá que es un grupo de lobby, clasificado como “grupo de odio” en Estados Unidos. Ese “colegio” surge como un grupo disidente de la Academia Americana de Pediatría (AAP), la organización de pediatras más reconocida de Estados Unidos, con más de 60 mil miembros. Actualmente, el “colegio de pediatras” cuenta unos 200 miembros, que se organizaron cuando la AAP publicó un consenso científico certificando que los niños adoptados por parejas homosexuales no tenían problemas psicológicos. Esta conclusión incomodó a un grupo de pediatras conservadores que fundaron el mentado colegio. Si se buscan sus publicaciones, a diferencia de la AAP, nunca han escrito sobre vacunas, resfriados, meningitis o enfermedades congénitas. Sus únicos temas son anticonceptivos, sexo en adolescentes y críticas contra los homosexuales, a quienes consideran enfermos mentales, susceptibles a “curarse”.
Otro de los métodos de Frenasexo y sus voceros es negarse a asistir a foros donde se pueda cuestionar abiertamente sus argumentos. Acuden a entrevistas y presentaciones en las que solo participan quienes apoyan su visión conservadora, y así rumiar entre todos sus ideas.
Algo que es difícil desligar del actuar de Frenasexo es su vinculación con las iglesias católica y evangélica. Para el próximo miércoles se está convocando una marcha contra el proyecto de ley 61. En redes sociales enviaron este mensaje: “Todos a la marcha el miércoles 13 de julio, 4:00 p.m. saliendo iglesia de El Carmen hasta plaza 5 de Mayo. Y oremos. Muy importante el enemigo de Dios y de sus hijos es ‘poderoso’. pero lo derrotaremos, como a Goliat, ¡con la oración e intervención divina! ¡Con Dios somos invencibles!”.

Honestamente, si esto no es una agenda religiosa, que alguien me explique...

LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL PROYECTO DE LEY 61

Haydée Méndez Illueca
Abogada

En medio de todo el alboroto sobre el Proyecto 61, que no es más que la repetición de disposiciones ya contenidas en muchas leyes promulgadas después que se redactó el primer anteproyecto sobre el tema, a muchos se les ha escapado que tiene dos artículos al final que son inconstitucionales.

No quiero pensar que se quiso meter un gazapo intencionalmente, sino más bien que se debe a la falta de conocimiento sobre el tema.  No obstante, supe que los diputados habían comentado que esos dos artículos “los iban a sacar en el segundo debate”, y eso sí que no me lo creo.  Me refiero a los artículos 17 y 18 del Texto Único del Proyecto de Ley 61.

El 25 de noviembre de 2015 presenté un Recurso Extraordinario de Inconstitucionalidad contra el artículo 3 y el numeral 2 del artículo 4 de la Ley 7 de 2013, “Que establece el marco regulatorio para la esterilización femenina”, que todavía no ha sido fallado por la Corte Suprema de Justicia.  El diputado que presentó el proyecto de ley tiene copia del recurso de inconstitucionalidad y se le explicó detalladamente por qué dos artículos de la ley eran inconstitucionales, pero procedió de todas maneras a insertar modificaciones a la ley en el Proyecto 61, sin esperar el dictamen de la Corte Suprema.
El artículo 3 de la ley de esterilización establece que las mujeres tienen que ser mayores de veintitrés años de edad y tener como mínimo dos hijos para poder solicitar la esterilización, mientras que los hombres sólo tienen que solicitarla.  Esto es maternidad forzada.  Si se prohíbe la esterilización forzada, ¿Por qué se establece la maternidad forzada?  El Proyecto 61 modifica el artículo 3, pero en vez de mejorarlo, lo empeora.  Ahora no se conforma con violentar los derechos fundamentales de las mujeres, sino que también se los viola a los hombres y establece la paternidad forzada.  Tal como establece la misma ley de esterilización en su artículo primero, “la esterilización es un derecho personalísimo y voluntario de la mujer”; y por ende, también del hombre.
Como no existe una ley que prohíba la esterilización, las mujeres con suficientes recursos económicos pueden esterilizarse sin cumplir con ninguno de los requisitos establecidos, mientras que aquellas que no cuenten con los recursos necesarios se ven imposibilitadas de esterilizarse, lo que agrava aún más su situación económica.
La práctica de la esterilización no debe ser gratuita en todos los casos, sino sólo para las personas que carezcan de recursos económicos, de acuerdo con el numeral 5 del Artículo 110 de la Constitución Política.  De lo contrario, se impondría una carga insostenible a todos los centros hospitalarios públicos del país.
Insisto en que, a partir de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres de enero de 1999, se han promulgado por lo menos doce leyes a favor de la mujer, la mayoría de las cuales contienen disposiciones que obligan a la educación sexual en los planteles educativos a todos los niveles.  La educación sexual ya es obligatoria desde hace muchos años, por lo que el Proyecto de Ley 61 es innecesario.  La intención era reunir las disposiciones en una sola ley para facilitar su aplicación, pero la marejada fundamentalista no lo ha permitido. 
Olvidémonos, pues, de este proyecto y cumplamos con las demás leyes que obligan a educar integralmente en sexualidad.  La educación sexual no va a eliminar del todo las infecciones de transmisión sexual ni los embarazos precoces, pero sí va a contribuir enormemente a su reducción.  La educación es un arma para defenderse en la vida; pretender lanzar a nuestros jóvenes a la vida desarmados, es una crueldad.
Los que se oponen al proyecto han inventado cualquier número de mentiras sobre el mismo y han querido satanizar el término “género”, como si fuera la primera vez que se utiliza en una ley, cuando en todas las leyes promulgadas en Panamá de 1981 a la fecha, el término género aparece 127 veces.  No es, pues un término novedoso que se ha inventado sólo para el Proyecto de Ley 61.  Es un término aceptado internacionalmente que se define en varias leyes, como la Ley 6 de 2000 que establece el uso obligatorio del lenguaje, contenido e ilustraciones con perspectiva de género en las obras y textos escolares (donde aparece 15 veces y se define), hasta la Ley 82 de 2013 contra la violencia y el femicidio (donde aparece 8 veces).

En su desesperación por sustentar en alguna forma su posición, quienes se oponen al proyecto han relacionado el homosexualismo, la masturbación, el aborto, el bestialismo y hasta fallos de tribunales extranjeros, con la educación integral en sexualidad en las escuelas panameñas, creando así un clima de odio y miedo entre la población. 


Usar la ignorancia de otros para tener poder y dinero es el peor “pecado” que pueden cometer los “príncipes” de cualquier iglesia.  Adicionalmente, los diputados estarán pagando un costo político por su insistencia.  Por todo esto, mi opinión es que debemos olvidarnos de este proyecto de ley y simplemente cumplir con las leyes existentes, que son más que suficientes para tomar acción contra el problema de salud pública que tenemos entre manos.

El Género no es una “ideología”

Por:  Haydée Méndez Illueca
Abogada especialista en Género y Derecho Penal

Debemos tener claro el significado de cuatro términos: Sexo es la palabra que hace alusión a las diferencias biológicas relacionadas con los órganos reproductivos y otros rasgos físicos y fisiológicos entre los seres humanos y distingue entre machos y hembras de la especie humana. 

Género, por el contrario, se refiere a las características que socialmente se atribuyen a las personas de uno y otro sexo, los roles socialmente construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad considera como apropiados para hombres y mujeres.  Según la IV Conferencia Mundial de la Mujer de 1995, “el género no se refiere simplemente a mujeres u hombres, sino a la relación entre ellos y la manera en que se construyen socialmente.  Debido a que es un término relacional, el género debe incluir a mujeres y hombres.  Al igual que los conceptos de clase, raza y etnicidad, el género es la herramienta analítica para entender los procesos sociales.  La relación entre hombres y mujeres cambia de una época a otra y de una sociedad a otra.  Hace unos siglos no se les permitía a las mujeres aprender a leer y escribir; todavía hoy hay una polémica en ciertos países islámicos sobre si se le debe dar educación o no a las mujeres y permitirles conducir vehículos.

Ideología se define como un conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una colectividad o una época, tendiente a conservar o transformar el sistema social, económico, político o cultural existente.  Ejemplos serían el fascismo, nacionalismo, liberalismo o anarquismo.  Karl Marx transformó a la ideología en el conjunto de ideas cuya relación con la realidad es menos importante que su objetivo: evitar que los oprimidos perciban su estado de opresión.

La perspectiva de género (que no es una ideología) es un enfoque inclusivo, porque incluye los intereses, derechos, necesidades, realidades y puntos de vista de mujeres y hombres en todos los aspectos, con miras a modificar políticas, planes o programas para hacerlos más equitativos.  Por ejemplo, que la policía compre motos más pequeñas para las mujeres que para los hombres, tomando en cuenta la realidad de que por lo general las mujeres son más pequeñas y pesan menos.

Históricamente, el término género es de acuñación reciente en las ciencias sociales, ya que comenzó a usarse a principios del siglo XX.  La antropóloga Margaret Mead observa que en diferentes culturas se les asignaba a las mujeres y hombres determinados roles; Simone de Beauvoir en 1948 en su libro “El Segundo Sexo” observa que la conducta femenina no era innata, sino el resultado de un acondicionamiento; pero no fue hasta la segunda mitad del siglo que John Money y Robert Stoller acuñaron específicamente el término “género” para describir esta realidad.


Los opositores a las guías de educación integral en sexualidad insisten en cuestionar lo que llaman la “ideología de género” porque en su opinión “promueve libertades peligrosas”.  Primero, no se puede concebir una libertad “peligrosa” – lo peligroso es no tener libertad.  Seguramente la referencia era a “libertinaje” y no a libertad; y cualquiera que se lea las guías se podrá dar cuenta de que éstas no promueven el libertinaje.  El Diccionario de la Real Academia Española tiene unas nueve acepciones de la palabra género, ninguna de las cuales promueve “libertades peligrosas”.  La educación sexual está diseñada precisamente para propiciar la responsabilidad familiar y no el libertinaje.  La idea es proteger a la niñez y la adolescencia del abuso sexual, las enfermedades de transmisión sexual y embarazos precoces, enseñándoles valores y respeto, tanto hacia los de su mismo sexo como los del sexo opuesto.  Por eso se llama educación integral en sexualidad – porque integra todos estos elementos de ética, salud y socialización.