miércoles, 20 de julio de 2016

‘Frenasexo’ vuelve a las andadas: Daniel R. Pichel

Por:  Daniel R. Pichel
En marzo de 2008, en esta misma columna, describí al “Frente Nacional para la Sexualidad Ordenada (Frenasexo)”. Este grupo se activa cada vez que se menciona la salud sexual y reproductiva, como en las últimas semanas, cuando ha vuelto al ojo público el proyecto de ley 61, y los borradores de las guías que desarrolla el Ministerio de Educación (Meduca) para incluir la educación sexual en el currículo escolar en Panamá.
Acordes con su agenda, le ven peros a todo. En esta ocasión, la pataleta es por el nombre “Educación Integral en Sexualidad” (EIS), porque es una “imposición de Naciones Unidas”, que es ahora su enemigo público número uno. Además, cuestionan una cosa que inventaron sus colegas de los movimientos “frenasexuales” en todo el mundo, que llaman ideología de género y que, según ellos, patrocina el lobby gay (otra de sus obsesiones), para apoderarse del mundo. Al final, sus argumentos se pueden resumir en dos conceptos: Homofobia y fanatismo.
En 2008, se quejaban porque no se incluía lo afectivo (eje básico de la EIS), luego, que no se hablaba de abstinencia, luego, que solo se hablaba del condón, ahora de la EIS, y no dudemos que en el futuro seguirán cuestionando todo lo que se proponga. Porque el objetivo final es bloquear la educación sexual. A pesar de que los hijos y nietos de las voceras reciben EIS (posiblemente con otro nombre) en sus escuelas privadas.
Lo peor son las mentiras que usan como argumentos. Hasta que conocimos los borradores de las guías para el docente, dijeron que había talleres en donde los maestros supervisaban la masturbación entre niños de primaria; que había guías de posiciones sexuales y que se incitaba a la homosexualidad entre niños de primaria. Cosas todas que solo pueden salir de la mente de un montón de enfermos llenos de traumas sexuales. Ahora que vimos las guías y ha quedado clara la mentira, se quejan de que en un párrafo se habla de “imaginarse si los niños fueran niñas y las niñas fueran niños”. Eso, cuando los objetivos dejan claro que se refiere a demostrar en qué consisten las concepciones sociales de los roles que se han dado a llamar masculinos o femeninos.
Entre sus quejas, además de su ya reconocida homofobia, figura la posibilidad de que un adolescente busque atención médica sobre temas sexuales o reproductivos, y que el médico no corra a contárselo a los padres. Se niegan a entender que la confidencialidad médico-paciente no es negociable. Al margen de que la ley de derechos del paciente la establece, ningún médico responsable pondrá en riesgo la confianza de sus pacientes, porque a un grupo de fanáticos se les ocurra. En casos donde se sospeche abuso o violación, está definido el procedimiento para que el médico denuncie ante las autoridades la sospecha de algún delito. Incluso, dada la alta incidencia de abuso dentro del seno familiar, acudir inicialmente a los padres puede representar un serio riesgo para la víctima.
Una de sus referencias favoritas son las publicaciones del American College of Pediatricians (Colegio Americano de Pediatras). Quien busque esa organización en internet verá que es un grupo de lobby, clasificado como “grupo de odio” en Estados Unidos. Ese “colegio” surge como un grupo disidente de la Academia Americana de Pediatría (AAP), la organización de pediatras más reconocida de Estados Unidos, con más de 60 mil miembros. Actualmente, el “colegio de pediatras” cuenta unos 200 miembros, que se organizaron cuando la AAP publicó un consenso científico certificando que los niños adoptados por parejas homosexuales no tenían problemas psicológicos. Esta conclusión incomodó a un grupo de pediatras conservadores que fundaron el mentado colegio. Si se buscan sus publicaciones, a diferencia de la AAP, nunca han escrito sobre vacunas, resfriados, meningitis o enfermedades congénitas. Sus únicos temas son anticonceptivos, sexo en adolescentes y críticas contra los homosexuales, a quienes consideran enfermos mentales, susceptibles a “curarse”.
Otro de los métodos de Frenasexo y sus voceros es negarse a asistir a foros donde se pueda cuestionar abiertamente sus argumentos. Acuden a entrevistas y presentaciones en las que solo participan quienes apoyan su visión conservadora, y así rumiar entre todos sus ideas.
Algo que es difícil desligar del actuar de Frenasexo es su vinculación con las iglesias católica y evangélica. Para el próximo miércoles se está convocando una marcha contra el proyecto de ley 61. En redes sociales enviaron este mensaje: “Todos a la marcha el miércoles 13 de julio, 4:00 p.m. saliendo iglesia de El Carmen hasta plaza 5 de Mayo. Y oremos. Muy importante el enemigo de Dios y de sus hijos es ‘poderoso’. pero lo derrotaremos, como a Goliat, ¡con la oración e intervención divina! ¡Con Dios somos invencibles!”.

Honestamente, si esto no es una agenda religiosa, que alguien me explique...

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