Por: Daniel R. Pichel
En marzo de 2008, en esta misma columna, describí al
“Frente Nacional para la Sexualidad Ordenada (Frenasexo)”. Este grupo se activa
cada vez que se menciona la salud sexual y reproductiva, como en las últimas
semanas, cuando ha vuelto al ojo público el proyecto de ley 61, y los
borradores de las guías que desarrolla el Ministerio de Educación (Meduca) para
incluir la educación sexual en el currículo escolar en Panamá.
Acordes con su agenda, le ven peros a todo. En esta
ocasión, la pataleta es por el nombre “Educación Integral en Sexualidad” (EIS),
porque es una “imposición de Naciones Unidas”, que es ahora su enemigo público
número uno. Además, cuestionan una cosa que inventaron sus colegas de los
movimientos “frenasexuales” en todo el mundo, que llaman ideología de género y
que, según ellos, patrocina el lobby gay (otra de sus obsesiones), para
apoderarse del mundo. Al final, sus argumentos se pueden resumir en dos
conceptos: Homofobia y fanatismo.
En 2008, se quejaban porque no se incluía lo afectivo
(eje básico de la EIS), luego, que no se hablaba de abstinencia, luego, que
solo se hablaba del condón, ahora de la EIS, y no dudemos que en el futuro
seguirán cuestionando todo lo que se proponga. Porque el objetivo final es
bloquear la educación sexual. A pesar de que los hijos y nietos de las voceras
reciben EIS (posiblemente con otro nombre) en sus escuelas privadas.
Lo peor son las mentiras que usan como argumentos. Hasta
que conocimos los borradores de las guías para el docente, dijeron que había
talleres en donde los maestros supervisaban la masturbación entre niños de
primaria; que había guías de posiciones sexuales y que se incitaba a la
homosexualidad entre niños de primaria. Cosas todas que solo pueden salir de la
mente de un montón de enfermos llenos de traumas sexuales. Ahora que vimos las
guías y ha quedado clara la mentira, se quejan de que en un párrafo se habla de
“imaginarse si los niños fueran niñas y las niñas fueran niños”. Eso, cuando
los objetivos dejan claro que se refiere a demostrar en qué consisten las
concepciones sociales de los roles que se han dado a llamar masculinos o
femeninos.
Entre sus quejas, además de su ya reconocida homofobia,
figura la posibilidad de que un adolescente busque atención médica sobre temas
sexuales o reproductivos, y que el médico no corra a contárselo a los padres.
Se niegan a entender que la confidencialidad médico-paciente no es negociable.
Al margen de que la ley de derechos del paciente la establece, ningún médico
responsable pondrá en riesgo la confianza de sus pacientes, porque a un grupo
de fanáticos se les ocurra. En casos donde se sospeche abuso o violación, está
definido el procedimiento para que el médico denuncie ante las autoridades la
sospecha de algún delito. Incluso, dada la alta incidencia de abuso dentro del
seno familiar, acudir inicialmente a los padres puede representar un serio
riesgo para la víctima.
Una de sus referencias favoritas son las publicaciones
del American College of Pediatricians (Colegio Americano de Pediatras). Quien
busque esa organización en internet verá que es un grupo de lobby, clasificado
como “grupo de odio” en Estados Unidos. Ese “colegio” surge como un grupo
disidente de la Academia Americana de Pediatría (AAP), la organización de
pediatras más reconocida de Estados Unidos, con más de 60 mil miembros.
Actualmente, el “colegio de pediatras” cuenta unos 200 miembros, que se
organizaron cuando la AAP publicó un consenso científico certificando que los
niños adoptados por parejas homosexuales no tenían problemas psicológicos. Esta
conclusión incomodó a un grupo de pediatras conservadores que fundaron el
mentado colegio. Si se buscan sus publicaciones, a diferencia de la AAP, nunca
han escrito sobre vacunas, resfriados, meningitis o enfermedades congénitas.
Sus únicos temas son anticonceptivos, sexo en adolescentes y críticas contra los
homosexuales, a quienes consideran enfermos mentales, susceptibles a “curarse”.
Otro de los métodos de Frenasexo y sus voceros es negarse
a asistir a foros donde se pueda cuestionar abiertamente sus argumentos. Acuden
a entrevistas y presentaciones en las que solo participan quienes apoyan su
visión conservadora, y así rumiar entre todos sus ideas.
Algo que es difícil desligar del actuar de Frenasexo es
su vinculación con las iglesias católica y evangélica. Para el próximo
miércoles se está convocando una marcha contra el proyecto de ley 61. En redes
sociales enviaron este mensaje: “Todos a la marcha el miércoles 13 de julio,
4:00 p.m. saliendo iglesia de El Carmen hasta plaza 5 de Mayo. Y oremos. Muy
importante el enemigo de Dios y de sus hijos es ‘poderoso’. pero lo
derrotaremos, como a Goliat, ¡con la oración e intervención divina! ¡Con Dios
somos invencibles!”.
Honestamente, si esto no es una agenda religiosa, que
alguien me explique...
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